jueves, 29 de marzo de 2012

CAPITULO 9

 “¡La política es una vergüenza, una inmoralidad! ¡Los políticos no tienen ética!” Seguro que has oído repetir cosas así un millón de veces: ¿qué se les podría responder, según Savater, a los que se expresan así? ¿Por qué?

Hay gobernantes que no llegan al poder por medio de elecciones generales; otros, en cambio, alcanzan sus cargos por vía electoral: ¿qué diferencias hay entre ambas clases de gobernantes? ¿A cuáles prefieres? 

Entre los políticos los habrá muy decentes y otros caraduras y aprovechados, como ocurre entre los bomberos, los profesores, los sastres, los futbolistas y cualquier otro gremio… Entonces, ¿por qué tienen tan mala fama?

De todas formas, dice Savater, siempre es mejor que los políticos sean regulares, tontorrones y algo “chorizos”, como tú o como yo; lo malo es cuando son “Jefes” perfectos: ¿por qué?

La ética y la política tienen mucho que ver, pero hay diferencias importantes entre ambas: señala las diferencias fundamentales entre ética y política e ilustra esta diferencia con un ejemplo. 

Desde un punto de vista ético, es decir, desde la perspectiva de lo que conviene para la vida buena, ¿cómo será la organización política preferible, aquella que hay que esforzarse por conseguir y defender?

 ¿Qué son los derechos humanos?

 Según Savater, “derecha”, “izquierda”, “centro”… son nomenclaturas algo anticuadas: ¿cuál es la única empresa política de la que la ética no puede desentenderse?

Lo que sí le parece evidente a Savater es que muchos de los problemas que hoy se le presentan a la humanidad no pueden ser resueltos, ni siquiera bien planteados, más que de forma global para todo el mundo: cita algunos de estos problemas.

¿Cuál sería, según Savater, el único modo de acabar con la locura de la guerra agresiva entre los diversos pueblos? 

Savater rechaza claramente el racismo, los nacionalismos feroces y las ideologías fanáticas, religiosas o civiles: ¿por qué? .

REFLEXIONA Y COMENTA:

 “Cualquiera que tenga la preocupación ética de vivir bien no puede desentenderse olímpicamente de la política

La ética no puede esperar a la política: ningún orden político es tan malo que en él ya nadie pueda ser  ni medio bueno”.

En los sistemas políticos en que los individuos nunca son del todo “responsables”, tampoco suelen serlo los gobernantes

Todo ser humano tiene dignidad y no precio

Las desdichas nos ponen en manos de los demás y aumentan el poder colectivo sobre el individuo

No hay comentarios:

Publicar un comentario